Son sumamente fáciles de preparar y según vaya ese día de prisas las hago de la manera rápida “corre que te pillo” , o de la manera “desayuno slow”. Esa segunda es la más rica, sin duda, pero no siempre se puede ir con tanta calma.
Manera “corre que te pillo”
- Ponemos 40 gr. de avena en un tazón grande y cubrimos con leche. Si usamos edulcorante es el momento de ponerlo, igualmente si lo queremos “chocolateado” podemos añadirle cacao, en mi caso uso cacao desgrasado sin azúcares añadidos. Colocamos el bol sobre un platillo, ya que a veces rebosa y no queremos tener que limpiar (recordad que vamos con prisa) .
- Conectamos el micro 2 minutos a máxima potencia. Sacamos y removemos un poco. Volvemos a ponerlo 30 segundos.
- Si ha quedado muy espeso añado un poco de leche y remuevo. Si no lo hemos endulzado antes, añadimos miel, azúcar de caña, sirope de ágave, etc.
- Así mismo nos lo podemos comer, pero a mí siempre me gusta añadirle algún extra como medio plátano en rodajas, algún fruto seco, frutos rojos, manzana, canela, coco deshidratado, bayas de goji….lo que se nos ocurra.
Manera “desayuno slow”
A veces después de haber dejado al niño en el colegio me lo tomo con calma y es entonces cuando me gusta prepararme el desayuno y sentarme frente del ordenador a disfrutarlo.
- Para hacer un porridge súper bueno, sólo tienes que poner media taza de avena en un cazo y cubrirlo con el triple de agua, es decir con 1 taza y media. Y un truco es añadirle una pizca de sal, sí de sal. Potenciará los sabores, yo siempre lo hago.
- Lo llevamos a ebullición sin parar de remover y cuando empiece a hervir bajamos el fuego. Veréis como rápidamente comienza a espesar.
- Cuando alcance el espesor que os guste, le añadís un chorrín de leche y una cucharadita de miel. Removéis y lo quitáis del fuego.
- Lo ponemos en un tazón y añadimos toppings a nuestro gusto.
Aquí os dejo con algunos ejemplos de mis desayunos con las gachas de avena como protagonistas: